El entrenamiento de fuerza en población en niños/ adolescentes DEBERÍA DE SER UN DEBER ‼️
El entrenamiento de fuerza nos ofrece una abanico enorme de beneficios,¿ cuál quieres escoger?
➡️ mejorar la condición física y el rendimiento deportivo (mejora de la función del sistema nervioso central, mejora de las unidades motoras, mejora de reclutamiento de fibras musculares).
➡️ aumentar la masa corporal magra (sin llegar a experimentar una hipertrofia excesiva por su niveles bajos de testosterona)
➡️ incrementar el control motor: los niños y adolescentes que realizan entrenamiento de fuerza ven grandes mejoras en la coordinación, el equilibrio y el control motor general. Esto mejora su capacidad para manejar los distintas demandas del deporte y la vida (Zwolski et al.,2017).
➡️ quemar más calorías (alternativa perfecta para jóvenes en riesgo de sobrepeso y obesidad)
➡️ fortalecer los huesos y tendones (convirtiéndolos en el mejor “preventivo” posible)
➡️ ayudar a mantener niveles saludables de presión arterial y colesterol: se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza en niños y adolescentes mejora la función de las venas y arterias. Esto mejora la salud cardiovascular, lo que puede ayudar a prevenir la aparición de enfermedades cardíacas (Yu, 2016).
Y es que “ Lo que somos hoy proviene de nuestros pensamientos de ayer, y nuestros pensamientos de hoy construirán nuestra vida mañana” (Buda, ☸️).
Por lo tanto, cuánto antes empezamos a enseñar a nuestros hij@s mejor estado de forma y salud conseguiremos en el futuro y de ese modo estableceremos una nueva percepción sobre el entrenamiento de fuerza.
👉 Los niños pueden mejorar esta capacidad entre un 30% y un 50% después de solo 8 a 12 semanas de un programa de entrenamiento de fuerza bien diseñado (Dahab et. al,2009).
👉 Adolescentes que incorporan entrenamientos de fuerza en su desarrollo físico sufren menos lesiones y se recuperan mejor de las lesiones. Menos tiempo destinado a rehabilitación en comparación con los compañeros de equipo que no participan en programas similares de fuerza. Una de las condiciones más importantes para el desarrollo óptimo de desarrollo físico, psíquico, cognitivo y emotivo (Faigenbaum, 2000).